viernes , abril 26 2024

VIVIFICAR Y NO DEJAR MORIR

Poco queda por hacer con los eventos y las artes cuando el mundo tiene que parar. El ocio y la cultura son ingredientes necesarios para el ser humano en su diario vivir, para salir del estrés y el caos. De alguna manera, ha sido puesto un chip en nuestro cerebro que promueve el consumismo y el entretenimiento. De una manera ascendente, el tema de la cultura creció por todo el mundo y, en Colombia, un país rico en colores y sonidos, no nos quedamos atrás.

Luego de atravesar uno de los momentos más difíciles, con optimismo y resiliencia, la activación parece ser el bálsamo de la economía que se mueve alrededor de la cultura. La música -sector en el que nos interesamos algunas organizaciones-, mantuvo la llama viva con la instauración de los LIVE SESION, como los ocurridos en Ace of Spades-Club  en Bogotá. Pero se podría pensar que, ahora con la reactivación, los escenarios pequeños son los más deseados para esto. Eventos y más eventos. Entramos en un túnel que nos lleva en retroceso unos 10 o 15 años, y a eso se suma el afán de las bandas por tocar y activar sus proyectos o lanzamientos, pero ¿cuál es la idea: mover la cultura o la economía?, ¿La cultura debe ser gratis o paga?, ¿hay muchas bandas y pocos espacios?

Conclusiones que debemos analizar profundamente para entender que es lo que nos conviene. Para la creciente industria que se mueve alrededor de la música es necesario que se abran nuevamente los espacios con aforos permitidos a un porcentaje equivalente a no seguir teniendo perdidas. Si hay eventos, las bandas ensayan; si las bandas ensayan, los estudios y las salas tienen movimiento en sus finanzas. Todo es un círculo en donde se beneficia el que hace el merch, el que hace los discos, el de la publicidad, el que trabaja managment y tours, los que hacen comunicación (como medios constituidos con sitio web, cámara de comercio, no el que abre Facebook y se pone a hacer entrevistas para subir egos y fomentar el narcisismo).

Esto también es para el que va y disfruta de una cerveza con los amigos y de un buen show musical. El ritmo que llevábamos era muy acelerado y la pandemia nos hizo pensar en cómo tomarlo más suave, cómo darle manejo y estrategia,  obtener objetivos reales y alcanzables que tenemos a la mano como bandas en Colombia.

Se abre el exterior para los que tienen medios económicos y aspiran a un experiencia diferente con otros públicos, probándose donde realmente nadie los conoce, donde no están ni los amigos ni la familia para hacer barra.

Todo esto vuelve ahora y con más ganas, con más ansias de hacer lo que nos gusta, hasta que nos duelan los huesos, ahora con más responsabilidad y mente clara de que los artistas valen y su trabajo vale. Ojalá desechando la cultura de entrar gratis a los eventos. Hay que apoyarnos entre nosotros mismos comprando material de bandas, asistiendo a eventos, parando un momento y escuchando las propuestas musicales. Y no dejando perder ya todo lo alcanzado.

 

El camino es duro pero, gracias a todos, el Metal no va a morir.

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