jueves , abril 25 2024

XVII Festival Metal de las Montañas. Volviendo al barrio.

«Un grito por la vida de los líderes sociales»

Por: Ana Cubides

Anunciaban un toque y sin rumbo partíamos a alguno de los extremos inexplorados de la ciudad. Tomar un bus y perderse en las nubes de polvo más que en el asfalto, ver casas irregulares en la cima de la colina o el cerro de barrios rulfescos (de Rulfo) o llegar preguntando a los transeúntes con miedo a un asalto u otro tipo de violencia. Inicialmente, así transcurrió la vida rockera o metalera de muchos y muchas que aún saludo en conciertos. Esta versión del Metal de las Montañas evocó ese culto de encontrarse en la lejura con la música en vivo, con esta ceremonia anual que reúne a bandas de una de las localidades más cercanas a mi vida.

Ya sin el ánimo febril de la juventud pero con el mismo querer hacia la música, partí hacia Arborizadora Baja durante dos días. Apreciar un en vivo, trabajando o de audiente siempre será un placer, más si son propuestas con una cadena de valor que no solo inmiscuyan a la música, sino a rituales cotidianos del quehacer barrial y de una localidad tan estigmatizada como lo es Ciudad Bolívar (o, como lo son las localidades del sur). Estos festivales de Metal periféricos evidencian procesos de lo que sucede específicamente en sus territorios y de sus respectivas visiones de mundo, que si bien son muy locales, ayudan a entender su desarrollo sociopolítico y artístico-cultural mediante los artistas, bandas, música, letras y, de todo lo que conlleva presentarse en esa tarima de la Casa Cultural de Ciudad Bolívar. Un lugar adecuado para realizar la gran logística con la que ya cuenta el festival.

El festival ha crecido. La tarima, las luces, los equipos técnicos generales, el sonido con algunas fallas, los almuerzos y, por supuesto, el equipo humano de un evento que siempre puede ser mejor. No así, se percibe aún a un público tímido o parco que no ingresaba a aprovechar este espacio provisto especialmente para ellos; incluso permitiendo la venta de bebidas alcohólicas dentro del perímetro.

Por otro lado, el cartel estaba muy atractivo. Es una sorpresa que muchas de estas bandas estuvieran dispuestas a enfrentarse a una serie de pruebas sociopolíticas y culturales que el festival delegaba. De esta manera, bandas experimentadas o con integrantes expertos como Atavi o BloodHymns inauguraron los dos días, mientras agrupaciones que creí ya extintas como los girardoteños de Postmortem tocaron, ver bandas novatas como Holocynic y Human Conspiracy, encontrar estilos como el industrial con Info y pasarla tan bien con White Thunder. Es una verdadera sorpresa que el festival reconozca agrupaciones cundinamarquesas dentro de este proceso como Atavi y Postmortem.

Agradezco a la organización por seguir en esta lucha compleja, en estos momentos tan difíciles para los líderes sociales, que también son culturales, así como Uds, el Movimiento Rock. Mi pregunta es, si a uds en una zona tan agitada en la que habitan y sobreviven no los han amenazado. Espero que no. Tenemos que seguir conversando y abrazándonos, tengo muchas preguntas y uds tantas ocupaciones; pero habrá tiempo para poner sobre la mesa la discusión para luego dialogar y plantear soluciones. Agradezco la oportunidad de participar este año como prensa, así como alguna vez participé como artista y espero seguir cooperando en lo que requieran, porque esfuerzos como este merecen perdurar, socializarse y ser notables en el tiempo.

Espero acompañarlos en la próxima versión.

Entrevistas con Juan Carlos Prieto, Organizador del Festival Metal de las Montañas

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