jueves , abril 25 2024

CLASH OF THE TITANS: EL CHOQUE DE DOS LEYENDAS


Con una atestada agenda de conciertos programados en Bogotá, la apuesta del Bogota Metal Fest de Flora Music era riesgosa: un festival descentralizado que agrupara a bandas afines en torno a géneros como el heavy, groove y sinfónico, más un par de conciertos «satélite». Su enfoque resultó ser adecuado y prueba de ellos fueron las boletas casi agotadas para cada cita pactada en el Royal Center. Como una de las ramificaciones predilectas del público colombiano, la jornada destinada al thrash era una de las más esperadas y la cita convocaba a dos nombres cuyo encuentro prometía chispas al choque de sus puntiagudas hachas de seis cuerdas: Testament y Kreator, dos nombres de pergaminos que el público del thrash conoce al dedillo y que aquí mismo en Metallive hemos repasado gustosos en más de una ocasión. Con la casa llena y el entusiasmo que despiertan los nombres en cuestión , la gira «Clash of the Titans» prometía algo especial para esta noche de martes.

 


La información difundida por la organización daba cuenta de que Testament atacaría primero y con puntualidad inglesa detonaron un espectáculo con cierto gusto a venganza tras los problemas de sonido que experimentaron en su última visita en el marco del Knotfest 2019. En aquella oportunidad se les notó incómodos y luchando por mantener el show a flote. Por el contrario, Alex Skolnick y Steve DiGiorgio sonreían visiblemente en esta oportunidad mientras hacían gala de su centelleante virtuosismo y el rugido de ‘El Indio’ Chuck Billy desplegaba el poder de una garganta que ni los años, el cáncer o el covid han podido doblegar; el Royal Center se rendía ante un verdadero ícono. Tras su melena se oculta el gran Eric Peterson, cerebro de Testament, en otra actuación sin fisuras. Existía alguna duda sobre el baterista que tendría la nada fácil misión de reemplazar a Dave Lombardo en la batería, quien hace pocos días daba un paso al costado aduciendo insalvables cruces de agendas con sus múltiples compromisos. Chris Dovas, con apenas 24 años de edad, supo estar a la altura de las circunstancias sentado en un puesto que, además de Lombardo, han ocupado monstruos de los kilates de Gene Hoglan, Jon Dette y Paul Bostaph, por nombrar solo algunos. La juventud de Dovas inyecta nueva sangre a la banda de California brillando en medio de la veteranía de sus compañeros. El set de Testament pendula entre clásicos del thrash como «The Preacher», «Over the Wall», «The New Order», «Practice What You Preach» y material de sus últimas entregas como «Rise Up», «The Formation of Damnation» y «Children of the Next Level», así como una pertinente pasada por el fantástico «The Gathering» de 1999 del que sonaron seguidas «DNR» y «3 Days In Darkness». Tras hora y quince minutos sin tregua, el quinteto americano abandonó la tarima entre sonoras ovaciones para una agrupación que nos visita desde el ya lejano 1998.


Un telón anunciaba al siguiente titán en contienda. Los preparativos sirvieron para tomar un respiro pero Kreator no permitió que los ánimos se reposaran más de lo debido y un cuarto de hora antes de lo esperado saltaron al escenario dominado entre luces rojas por un busto gigante de su omnipresente y demoniaca mascota, Violent Mind. Kreator es una máquina de dar a luz verdaderos himnos del thrash, de manera que incluso sus canciones más recientes como «Hate Über Alles» o «Satan Is Real» sean coreadas con fervor, al igual que material publicado en este milenio, siendo este el caso de «Hordes of Chaos», «Violent Revolution» o «Enemy of God» sean ya números inamovibles de un set que reserva lugares de privilegio a su era dorada, de manera que «Flag of Hate», «Phobia», «People of the Lie» y «Pleasure to Kill» fueron también de la partida. Un repertorio que se antojó corto: una hora del más ametrallante thrash metal germano, de pogos insalvables, muros de la muerte y que quedó sin embargo debiendo canciones como «Betrayer» y «Phantom Antichrist». Pese a que un par de temas más habrían sido ideales, la sexta aparición de Mile Petrozza y su cohorte en Bogotá fue nada menos que apabullante, una batalla en la que todos fueron ganadores.

Así pues culminó la jornada thrash de un festival que supo articular un ciclo de existosos conciertos con algo para cada quien, marcados por nutridas asistencias, espectadores satisfechos y horarios que se agradecen, especialmente cuando de conciertos entre semana se trata. Flora Music, empresa a cargo del revivido y fortalecido Bogotá Metal Fest, deja la vara alta para futuros encuentros bajo su potestad, que seguro traerán más sorpresas y experiencias para los fieles a los sonidos acerados. La respuesta del público al ciclo completo del Bogotá Metal Fest confirma las palabras que Kreator acuña en «666 – World Divided»: «Estamos unidos, unidos en un mundo dividido».

Por Fabián Esteban Beltrán.

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