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Quien quiera que haya empleado algo de tiempo en ahondar en la historia del metal colombiano, encontrará que el eje cafetero ha brillado con especial fulgor como uno de los lugares que más nombres de relevancia ha aportado al enriquecimiento de la música extrema nacional. Se cuentan por cientos las bandas nacidas a la sombra de sus montañas; muchas han desaparecido dejando su huella o en el total anonimato, mientras otras permanecen empuñando sus armas de guerra en la búsqueda de un lugar en una historia que no se la ha puesto fácil a nadie. Eshtadur, agrupación con sede en Pereira, ha demostrado a lo largo de 15 años de labores que solo el trabajo serio reporta frutos que suman en búsqueda de la trascendencia, esquiva en esta escena tan proclive a la amnesia.
Y es que en Eshtadur la calidad no es negociable. Con un tenaz liderazgo de su líder Jorg August (cuyo nombre real es Jorge López) , la banda ha logrado sobresalir a base de música compuesta de forma cuidadosa, abrazando la brutalidad del death y el black metal al tiempo que aplica dosis justas de melodía, un espejo de la vida misma: lo miserable de la naturaleza humana en convivencia con su capacidad para resistir y sobreponerse al agobio de lo cotidiano. Con este enfoque estilístico los pereiranos han facturado a la fecha dos EP y tres álbumes, cada uno mejor que el anterior: «Dominated by Dummies» (2011), «Stay Away From Evil and Get Close to Me» (2013) y su más reciente placa «Mother Gray» (2017) , este último lanzado bajo el sello sueco Bleeding Music Records.
De allí se desprende una jugosa relectura del clásico de Survivor, «Burning Heart», que cuenta con las lujosas colaboraciones de Bjorn Strid de Soilwork en la voz y Per Nilsson de Scar Symmetry en la guitarra, entre otros. Un detalle no menor que habla por si solo de los buenos oficios y capacidad que Eshtadur demuestra en cada movimiento, y que han permitido que la banda ya se haya abierto camino en escenarios de Estados Unidos, México, Europa y América del Sur, alternando con bandas como Graveworm, Vader o Cradle of Filth.
Pero nada de esto ha sido un camino de rosas. Como cabeza visible de Eshtadur, Jorg ha sorteado toda clase de obstáculos e imprevistos propios de quien ambiciona en grande. Desde echarse el nombre de Eshtadur al hombro como multi instrumentista, interpretando todos los fierros en su álbum debut, pasando por los bien sabidos cambios en el line up, razón por la cual tuvo a otro invitado como Michal Lysejko (ex Decapitated y actual miembro de sesión en Eshtadur) para encargarse de los tambores durante su periplo por Europa. En palabras del propio Jorg: «alinear propósitos e intenciones ha sido supremamente complicado, encontrar la solidez de la alineación». Nada es fácil cuando tienes una banda, eso está claro, pero las dificultades crecen con la reputación y la certeza de que, como en este caso, existe música competitiva dentro de los estándares internacionales, y es allí donde Eshtadur ha sabido volverse implacable, más allá de quien esté a bordo.
Sin embargo este puede ser un peso demasiado grande para cargar sobre un solo par de hombros. Es por esto que Eshtadur se erige actualmente como trío, tras la incorporación de Andrés González al bajo, integrante de los veteranos Souledge y Alejo Bet, quien integrara los primeros años de Internal Suffering, para acompañar a Jorg en las guitarras; ellos llegan a aportar a las atmósferas de este monstruo donde la densidad y la melodía convergen, si bien el norte de la composición corresponde por derecho a su líder, él se muestra abierto a recibir ideas e influencias de sus compañeros de cara al objetivo de un nuevo larga duración.
En la actualidad Eshtadur ya piensa en el sucesor de “Mother Gray” a la vez que respira hondo al saber que su repercusión no debe ser inferior a la del disco que les abrió las puertas en tantas partes del mundo. Usando como faro la experiencia adquirida en la carretera, en el estudio y sobre el tablado, Jorg y compañía planean embarcarse en 2020 en la construcción de esta nueva entrega, al tiempo que observan el globo terraqueo en busca de nuevos territorios donde plantar la bandera del metal hecho en Colombia. Mientras que el nombre de la banda refiere a la rebelión de los ángeles, Eshtadur lidera su propio levantamiento en contra de las fronteras de la mente, y cualquiera que se atreva a poner en duda que son capaces de lograr lo impensable.
