Entrevista con: Diego Rodriguez y Javier Solís
Por: Sergio Zuluaga
Foto por: Angie Meza Awad

En 2025 el nombre de Syracusæ, banda bogotana liderada por Diego Rodriguez, apareció en uno de los carteles más imponentes del metal mundial: Copenhell, festival danés que cada año convoca a miles de seguidores y a los nombres más grandes del género. Lo que para muchos parecía un sueño lejano, para Syracusæ se volvió realidad gracias a un punto de partida clave: las ruedas de negocio del Bogotá Music Market (BOmm).
Del BOmm al mundo
El primer acercamiento con programadores internacionales ocurrió en el BOmm 2025, donde la banda pudo sentarse frente a frente con agentes y promotores clave. “Fue un contacto muy humano”, recuerda Javier Solís. “Más allá de cifras o formalidades, compartimos nuestra identidad artística y lo que significa ser una banda de metal latinoamericana. Stine Omega, agente de booking de Copenhell, escuchó con gran disposición nuestra propuesta, y estamos eternamente agradecidos con ella y con el BOmm por hacer posible su presencia en el mercado”.
Lo que llamó la atención de la propuesta fue tanto el respaldo internacional como la coherencia de la banda. Con patrocinio de ESP y un historial que incluye la apertura de conciertos de Gojira y Lamb of God, Syracusæ mostró un proyecto sólido en lo musical, lo visual y lo estratégico. Un elemento decisivo fue la presentación de su EPK, cuidadosamente diseñado con videos e imágenes que transmitían la fuerza del grupo en vivo.
“El BOmm fue determinante”, afirma Diego. “No solo nos dio la reunión con los programadores de Copenhell, también nos conectó con otros agentes que reforzaron esa relación. Esa red de contactos y el respaldo institucional abrieron la puerta a un festival de tal magnitud”.
El impacto de Copenhell
La noticia de ser incluidos en el cartel de Copenhell se recibió con una mezcla de incredulidad y felicidad. “Era un sueño cumplido y al mismo tiempo la confirmación de que el camino recorrido estaba dando frutos. Sabíamos que teníamos el compromiso de mostrar la mejor cara de nuestro país con un metal moderno hecho en Colombia”, explica Diego.
La experiencia superó todas las expectativas: aunque Syracusæ fue la segunda banda del día en el Gehenna Stage, cerca de 8.000 personas llenaron el escenario. El público europeo, apasionado y abierto a nuevas propuestas, respondió con entrega total. “La conexión fue inmediata. Nos sorprendió ver gente coreando nuestras canciones y sentir cómo la música trascendía la barrera del idioma”, recuerda Diego. El clímax llegó con el estreno de “Ascensión”, acompañado de la grabación de un videoclip y un público que respondió con crowdsurfing y energía desbordada.
La experiencia no solo dejó un recuerdo imborrable, también aprendizajes claros: “La preparación es clave. Llegamos bien en lo musical y en comunicación, pero aprendimos que a nivel técnico y de equipo todo debe estar planeado al detalle en un escenario de este nivel”.
Proyección internacional y el metal colombiano
Tras Copenhell, Syracusæ ha fortalecido su convicción de que su música puede resonar en diferentes lugares del mundo. Nuevas oportunidades de giras, colaboraciones y hasta la posibilidad de cerrar con un sello internacional están sobre la mesa gracias a las conexiones logradas en el BOmm.
El mensaje de Javier y Diego para otras bandas colombianas es claro: “No basta con inscribirse al BOmm. Hay que trabajar muchísimo antes, durante y después: tener material vigente, un plan claro, y una propuesta sólida con identidad. Todo empieza en la música, pero debe integrarse con trabajo constante en todos los frentes”.
Para el vocalista, el impacto de Syracusæ en Copenhell trasciende lo individual: “Haber participado sin duda abrió una puerta para el metal colombiano. El público europeo recibió con curiosidad y entusiasmo a una banda de Colombia, y estoy seguro de que volverían a apoyar a otra banda de nuestra escena”.
Un camino abierto
Javier concluye con una reflexión sobre el futuro del metal nacional:
“Muchas bandas en Colombia están trabajando con autenticidad, grabando excelente música, invirtiendo en buenos videos y producciones.
El BOmm es ese puente que conecta todo ese esfuerzo con las personas correctas. Espacios como este hacen posible que el metal colombiano sea visible y competitivo en los escenarios más exigentes del mundo”.
Con su paso por Copenhell, Syracusæ no solo marcó un capítulo clave en su historia, sino que dejó la certeza de que el metal colombiano está listo para conquistar nuevas fronteras.
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