lunes , noviembre 17 2025

Maestros de la Disciplina, Carolina Portela.

Desde los 14 años, Carolina (o como se conoce en la escena, Guitarolina) encontró en la guitarra un camino de vida, una identidad, una bandera. En el colegio ya hacía parte de todos los grupos artísticos posibles: coro, tuna, danzas. El arte fue siempre una extensión natural de su cuerpo, y la guitarra, desde que la tocó por primera vez, se convirtió en el centro de su universo creativo.

Años después, se convirtió en la única mujer guitarrista en su generación dentro del pregrado de guitarra clásica en la Universidad Central. En medio de una escena musical marcada históricamente por la presencia masculina, su constancia la convirtió en una figura disruptiva y determinante. “Generaba expectativa, curiosidad, incluso incredulidad. Era raro ver una mujer tocar guitarra profesionalmente”, recuerda con claridad.

La formación de Carolina no solo fue rigurosa, sino diversa. Desde sus inicios en instituciones como la Luis A. Calvo, la Sinfónica Juvenil y el Instituto León Rostois, cultivó una técnica versátil: guitarra clásica, jazz, latin jazz, chisga, vallenato, mariachi, música popular… cada estilo pulió su manera de entender el instrumento. Esa amplitud de lenguaje, lejos de fragmentarla, le dio autenticidad y una mirada abierta al metal, el género con el que se ha identificado profundamente.

Hoy, además de ser guitarrista, es gestora cultural. Con especialización y maestría en gestión, ha logrado conectar su pasión por la música con el trabajo estructural detrás del arte. Desde allí impulsa proyectos, promueve el acceso, construye redes y fortalece el ecosistema artístico. Fue docente por muchos años y confiesa con gratitud que la enseñanza le dejó una huella profunda como artista y persona. “Los docentes son héroes”, afirma sin titubeos.

En el metal ha tocado en diferentes agrupaciones, destacando siempre por su estilo, su fuerza y su identidad. Nunca ha sido radical. Escucha de todo y encuentra valor en cada género. “Para mí no hay música buena ni mala. Hay música bien hecha o mal hecha”, sostiene. Esa apertura la ha mantenido fiel a sí misma, incluso en escenarios donde el machismo sigue marcando presencia.

Y es que hablar de mujeres guitarristas en el metal implica hablar de lucha. Carolina lo sabe. Por eso, cuando se le pregunta
por un consejo para nuevas guitarristas, no duda: disciplina, práctica consciente, autenticidad y amor por la música.
“Hay que hacerse respetar con argumentos, con profesionalismo, con madurez artística. Este camino se construye con pasión”, enfatiza.

Porque para ella, la disciplina lo es todo. El talento importa, claro, pero si no se cultiva, se estanca.

“El talento tiene un límite. La disciplina te lleva lejos”.

Actualmente se encuentra preparando un nuevo disco con su banda Highway y sigue trabajando en proyectos culturales que acerquen más mujeres al arte, al metal, al profesionalismo artístico. Le llena de orgullo ver cómo hoy hay muchas más mujeres ocupando lugares que antes eran solo de hombres. Para ella, abrir caminos no es un gesto simbólico: es una misión.

Antes de despedirse, deja un mensaje contundente:

“Sigamos apoyando el metal nacional. Escuchemos nuestras bandas, compremos su merch, paguemos la boleta. Esto es de todos: como artistas y como público. La escena la construimos juntos”.

Sigue a Guitarolina en Instagram como
@guitarolina Y a su banda como
@highwaymusica

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