martes , abril 23 2024

Hasta siempre Melodías en Acero.

Por Ana Cubides

Intro.

El 4 de octubre de 2018 y después de diecinueve días desde su arribo a ese otro lugar en la lejura del vacío, me percató mediante un trino del deceso de nuestro @melodiasenacero. Su sigilo era evidente, su criterio era necesario y no se manifestaba en estos días de controversia blackmetalera en Bogotá.

I.

Hace años los mantos etéreos de nuestra venerada Muerte, no acogía a uno de los nuestros, así, tan cerquitita. Según el diario, un paro cardiorrespiratorio y la carencia de diligencia en la atención a su caso, es la razón de su muerte.

I. I.

Enterarse hoy, así, de esta manera y, por una posible negligencia en la atención médica. Además, con su imagen agonizante en una fotografía de cabecera en un diario antioqueño, varios vídeos, las notas de noticiarios nacionales y regionales y las más de diez páginas con su nombre y el de la desgracia que adornan el cibermundo, es…sin palabras…un exceso del mismo periodismo –inhumano- que él mismo ejercía.

Parte Inicial.

@melodiasenacero como siempre lo conocí, es tal vez el iniciador, o el proyecto inicial, de una nueva generación de entusiastas profesionales que, a comienzo del nuevo milenio, estábamos socializando nuestro trabajo periodístico musical enfocado en el Metal, a través de hasta ese momento, otra novedad medial, Internet y del transmedio y la convergencia de medios.

2004 fue la fecha de apertura de su más célebre trabajo periodístico, un programa radial explorativo y profundo por la frecuencia de la UN Radio Medellín llamado precisamente, Melodías en Acero. Este abarcaba todos los estilos y ramificaciones infinitas del Metal. El Metal extremo, tema al que le dedico gran parte de su vida: lo escuchaba, lo estudiaba, lo leía, lo escribía, lo cantaba y lo tocaba.

Fue con una serie documental radial de Melodías en Acero, dedicada al Metal de Medellín, llamada La historia del Metal en Medellín años 80 y 90 (2006) que, junto a su compañero, Juan David Álzate Morales, fueron galardonado con el premio Simón Bolívar de periodismo 2006 a mejor crónica o reportaje.

También se dedicó a la música como vocalista y letrista de los blackmetaleros medellinenses Exordium. Aún en MySpace se encuentran algunos temas grabados. Y a otras agrupaciones en los teclados.

II.

Sus intereses estaban instalados en la lectura de teorías humanistas, la comunicación y la literatura y en la escritura arraigada al periodismo sensato y estético, incluso el producido para su blog, también llamado Melodías en Acero y que resultó ser una apuesta al periodismo musical del/para el Metal. Ese tipo de periodismo que escasea en nuestro país, por el que trabajo hasta sus últimos días, por el que nadie concede respeto si no perteneces a las músicas que dispone la política pública nacional en cultura o al foco musical de actualidad urbana.

Un medio, un blog, podcasts o su escritura que quedarán en la memoria de pocos. Todos estos incluyen temáticas pertinentes para muchas discusiones en torno a nuestra amada música del submundo. Su blog, ya no existe. Su Twitter, tampoco. Él.

Parte final.

Durante años de cacería y siendo una persona muy hermética, en 2009 y mediante Twitter, trabamos lazos de lealtad hasta el día de que -yo- llegué al final de mi sendero existencial y pasemos al siguiente, el de otras formas diluidas.

Al parecer no era un usuario habitual de los medios sociales en línea, sin embargo, comentábamos con otros y otras, discos nuevos, conciertos internacionales en suelo nacional, ciertas actualidades y desactualidades del mundo del Metal. Con menos tiempo por su maestría, la docencia universitaria y quizá la vida diaria; seguíamos, a pesar de nuestra edad, emocionándonos con el Metal como niños jugando. Cada vez se apagaba su escritura en el blog y en Twitter, pero continuaba, ahora haciendo documentos académicos del Metal. La vida adulta es compleja.

Lo último que supe fueron sus primeras clases como doctorando en humanidades y su debut en Instagram. Ahora que ya no está y esperando mostrarle mi tesis empastada, aquella en la cual me guió con sus consejos rígidos y algunos títulos que se puede verificar en las referencias bibliografías, y por la cual nadie apostaba. Me demoré mucho en terminar y él se fue pronto. Ahora solamente, su nombre estará impreso en la página solitaria de agradecimientos y en el recuerdo reciente de que también le decían «Milo», ya que sus escritos tampoco están.

El colega en todos los mundos y submundos amplios de la palabra, nos espera allá. Pronto llegaremos y finalmente, hablaremos y beberemos una copa con el compromiso de la calma. Esa calma que en vida no se encuentra.

Epílogo.

Fuerza en estos momentos a su familia, amigos y todo aquel que lo estimó. Pueden escuchar y revisar algunos de sus programas que aún están en línea:

https://www.mixcloud.com/melodiasenacero/

https://mx.ivoox.com/es/escuchar-audios-melodias-acero_al_76720_1.html 

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